DINOSAUR NATIONAL MONUMENT Y VERNAL CON NIÑOS

LauraAVENTURAS, DESTINOS, VIAJAR CON NIÑOSLeave a Comment

utah con niños

Nos vamos a buscar huesos de dinosaurios. Viaje relámpago a Vernal

Cuando uno de nuestros familiares nos dijo que venía a vernos a Utah enseguida nos pusimos a pensar en viajes que pudiéramos hacer. Cuál fue nuestra sorpresa cuando fue esa misma persona la que nos dijo que había una zona de dinosaurios al este de Utah, prácticamente en la frontera con Colorado. Así que fuimos planeando la mejor ruta, dónde quedarnos y qué hacer en ese fin de semana. 

Cuando le dije a mis compañeras que nos íbamos a Vernal a pasar el fin de semana, una de ellas me dijo que qué se me había perdido allí, que era una calle con un bar y nada más. Por lo tanto, comprenderás que de repente mis expectativas eran más bien bajitas después de eso, la verdad, pero los niños estaban entusiasmados, ¡íbamos a ver esqueletos de dinosaurios! 

Teníamos organizado un viaje relámpago de dos días, salíamos el sábado por la mañana y llegaríamos a casa el domingo por la tarde. Después de preparar el coche de alquiler (punto a considerar si vas a hacer un road trip en EEUU y no te fías mucho de tu coche) nos pusimos en marcha hacia nuestro destino. El camino desde Salt Lake City fue de unas tres horas en coche, con sus paradas de por medio para descansar un poco y llegar bien a Vernal. Durante el camino te encuentras con parajes de lo más opuestos, desde las típicas extensiones de tierra sin más hasta lagos preciosos donde los atardeceres deben verse increíbles. 

Cuando llegamos a Vernal, me quedé sorprendida porque aunque es un lugar pequeño, era más que “una calle con un bar”. Llegamos pasado el mediodía, así que fuimos al Motel donde nos quedamos y directos a comer, porque otra cosa no, pero el coche nos da mucha hambre… Y ya luego comenzaban nuestros planes y visitas en Vernal.  Algo que se debe tener en cuenta es que si llegas a un lugar pequeño, que no es excesivamente turístico, puedes encontrarte con muchos establecimientos cerrados; por lo que tener ya varias opciones donde comer no vienen nada mal. 

Después de nuestro viaje, creo que hay ciertas cosas de Vernal que no podemos dejar de hacer o ver y seguro que me dejo algo en el tintero. Pero tras nuestra experiencia, estas son nuestras recomendaciones: 

  • Buscar murales pintados que hay en las paredes. En los lugares más variopintos te puedes encontrar un grafiti, de multitud de colores, bien diciendo que estás en Vernal o, de la temática predominante: los dinosaurios. Cada sitio que veíamos nos llamaba a pararnos y poder sacarnos una foto; y es que, a parte de muy bien hechos, están colocados de tal manera que la ilusión óptica que genera es digna de ver. Si eres un amante del arte urbano, esto es algo que sin duda disfrutarás. 
  • Ir en busca de las estatuas de dinosaurios que encuentras en la calle principal. Nada más llegar, nos quedó claro a qué habíamos ido y qué veríamos en Vernal. Ir buscando las figuras que encuentras en la calle fue cuanto menos entretenido. Esto para mí, es sin lugar a dudas esencial, puesto que al viajar con niños necesitas, o por lo menos nosotros, algo que ellos también puedan disfrutar. 
  • Pasear por la calle principal. Parece que estuvieras en otra época, o mejor aún, en una película. Ir viendo las tiendas desde fuera, aprovechar para comer, o simplemente regocijarse la vista con todo lo que es distinto, y “tan Americano”. Para nosotros fue increíble, tanto el merendar en el Ranch Restaurant y visitar su tienda de regalos, como ver esa estética diferente, tan “del oeste” a nuestro alrededor. Creo que es una de las mejores sensaciones que aporta el viajar, esa capacidad de deslumbrarte, de abrirte los ojos a lugares que a partir de ese instante se convertirán en recuerdos (siento que me ha quedado demasiado profundo, pero de verdad que seguro sabes de lo que hablo) 
  • Visitar el “Utah Field House of Natural History Museum”. Nuestro plan para la tarde del sábado, y creo que no podíamos haber elegido mejor. En primer lugar, ya en la entrada tienen un esqueleto inmenso que te deja boquiabierto y en segundo lugar, TODOS, y lo pongo así con mayúsculas, aprendimos muchísimo en nuestra visita al museo. Los niños estaban encantados, íbamos viendo cada parte y alucinando con los hallazgos de cómo vivían en épocas anteriores. Cuando pasamos a la parte de los dinosaurios ya fue, todavía más alucinante. Ver huesos que se habían encontrado, fotos de las excavaciones, información sobre los dinosaurios… Sinceramente, no sabría decir quién estaba más encantado de estar viendo todo aquello, si los niños o nosotros como adultos. Para mí, lo mejor del museo, es lo bien preparado que está para los niños, y es que tuvimos actividades que puedes ir haciendo sin necesidad de ningún monitor: buscamos animales en una sala, pasamos por un túnel del tiempo viendo lo que había ocurrido a lo largo de millones de años, buscábamos huesos de dinosaurio como lo haría un paleontólogo, teníamos un pequeño teatrito para representar nuestra propia escena de dinosaurios, juegos de preguntas, y lo mejor, el paseo por el jardín donde había réplicas de animales y dinosaurios a tamaño real. Sin duda alguna, disfrutamos mucho de esa visita. 
  • Dinosaur National Monument. He dejado para el final, la visita que, para mí, fue lo más increíble, lo más revelador, y lo más inspirador de este viaje. Si eres de las personas que te gusta imaginar lo que ha ocurrido y que te montas unas películas que ni Spielberg, seguro que me entiendes. Seguimos la carretera de Vernal hacia Colorado y nos desviamos hacia el Dinosaur National Monument. Vemos cómo el paisaje ya es distinto, más árido y majestuoso; se respiran sensaciones que no había encontrado hasta el momento. Pasamos el centro de información y una mujer, de lo más amable, nos dice que podemos ir con el coche hasta el otro punto del museo o que podemos hacer el trail e investigar también por nosotros hasta llegar al museo. ¿Adivinan cuál escogimos? Caminar por medio de esas montañas donde los tonos rojizos, marrones y anaranjados se mezclan entre ellos fue un regalo a los ojos; pero sin duda, caminar por allí sabiendo, que hace millones de años era el hogar de muchísimos dinosaurios te hace sentir pequeñita y plantearte muchas cosas de nuestra existencia. Hicimos el Trail, muy accesible para niños, y vimos en una de las paredes fósiles y huesos de dinosaurios; la suerte es que te lo van señalizando porque si no, nos habrían pasado desapercibidos. Y al final del camino llegamos al museo o como bien podríamos llamarlo “LA PARED”. Primero tenemos que mencionar que está en lo alto de una montaña, donde las vistas de todo lo que tenemos alrededor son maravillosas, e insisto, podría cerrar los ojos y trasladarme a otra época donde el entorno sería completamente distinto. Entramos al museo y no lo puedo negar, impresiona mucho ver esa gran pared de piedra donde se encontraron toda esa cantidad de huesos que siguen ahí. Tenían actividades para explicar los huesos que eran y a quién pertenecieron, y durante toda mi visita sólo pude repetirme una cosa: esto es solo una parte de las maravillas que deben seguir bajo tierra. 
  • Cambiar de estado. El Dinosaur National Monument está al este de Utah, muy cerca de la frontera con Colorado, por lo que si eres de los que va buscando los grandes carteles que te dan la bienvenida a cada Estado, merece la pena que recorras un poquito más y llegues hasta ese punto. ¡A mí me encanta! Porque cada cartel tiene siempre algo característico de la zona o del estado, así que según por el punto por el que entres, verás un dibujo u otro.

Volvimos de nuestro viaje conociendo un poquito más de Vernal y de cómo era nuestro planeta hace millones de años. Y sin duda, aunque no fue una gran ciudad, de esas que necesitas  mucho tiempo para poder recorrer e impregnarse de cada rincón, mereció la pena por ese sentimiento que transmite el pasado en nosotros. 

¿Has estado en Utah? ¿Y en algún lugar donde los dinosaurios reinaban en el pasado? ¡Te leo!

Puedes leer el artículo de Bea sobre su aventura como profe visitante con sus hijos AQUÍ, escuchar el podcast en el que hablamos del Programa de Profesores Visitantes en familia AQUÍ, o leer las reflexiones de Lía sobre su mudanza a Estados Unidos también con el mismo programa AQUÍ. Ella tiene varios artículos de su estado de acogida, Colorado AQUÍ.

Me llamo Bea y somos una familia canaria que ha cambiado el sol y la playa de Gran Canaria, por el frío y la nieve de Salt Lake City. Nos hemos venido dentro del programa de Profesores Visitantes y hasta ahora, estamos muy contentos con todas las oportunidades que nos brinda el vivir en Estados Unidos. Con mucha ilusión y cariño, comparto mi vida y experiencia a este lado del océano en Instagram como @bea.britorre y en Youtube como Britorre Vlogs. Te invito a que te pases y si te gusta lo que ves, ¡quédate!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *